Cuando la Nonna Santa vino al mundo, no recibió joyas ni riquezas. Su regalo fue mucho más valioso: una batería de barricas de madera, destinadas a custodiar un tesoro líquido… su propio aceto balsámico.
0 Comments
Cuando la Nonna Santa vino al mundo, no recibió joyas ni riquezas. Su regalo fue mucho más valioso: una batería de barricas de madera, destinadas a custodiar un tesoro líquido… su propio aceto balsámico.