Sep 2024
En el tema de ligar ¿A cuál supermercado irías? Esta es la sorpresiva y nueva incógnita que se nos ha planteado en las redes sociales y la columnista Esperanza Ruiz escribe sobre el tema, dentro de ello nos menciona y —spoiler alert— salimos muy bien parados.
Terror en el supermercado
Mi paso por la universidad transcurrió durante el período temporal —año arriba, año abajo— que va de Marta y Marilia a Sonia y Selena. Las primeras, empoderadas avant la lettre, cantaban a los amores de barra y las segundas querían bailar toda la noche, o eso nos decían. Porque cuando llega el calor los chicos se enamoran —es la brisa y el sol— y una cosa lleva a la otra. Por aquel entonces, claro, no había aplicaciones para ligar y el personal tenía que buscarse la vida sicalíptica como siempre había sido y, afortunadamente, siempre será a pesar de la tecnología: mirando a la cara o haciéndose el esquivo, disecando a la presa, mintiendo piadosamente como un bellaco o una bellaca, robando besos —sólo «sí es sí» y «quizá», también—; jugándosela, al fin y al cabo, demostrando que el original tiene más recursos que una foto retocada de perfil en cualquier tinglado virtual dedicado a la fugacidad romántica.
Desde hace un par de semanas, la noticia de relleno correspondiente a este verano es la de que uno puede ir a ligar a Mercadona de 7 a 8 de la tarde. Por lo menos se trata de una información de servicio público. Algo más interesante, por ejemplo, que los abdominales de Aznar en Guadalmina, los pantalones de paramecios de Marichalar en la Costa Azul o las desventuras de un descuartizador narcisista en el sudeste asiático. Dicho lo cual, estoy razonablemente a favor de la iniciativa. Desde aquí envío un saludo a aquellos que quieran enarbolar orgullosamente la piña y se embosquen en la sección de congelados a esperar que su alma gemela coja el helado de polvito. Una hora en Mercadona, o tres en Snobíssimo observando el ritual de apareamiento del boomer guayaberus, valen por semanas de Tinder.